He leído recientemente una magnífica entrevista a Maite Rodríguez Estévez, maestra y pedagoga, donde comenta el sistema educativo actual, la educación que transmitimos a los chavales desde la casa y desde la escuela, el papel de los padres.
Señala que deberíamos dar la posibilidad a los niños de desarrollar sus talentos. Pero aquí viene una pregunta clave: ¿qué entendemos por talento?
A este respecto, es muy revelador lo que explica Howard Gardner, Profesor de Cognición y Educación en la Universidad de Harvard, en el programa Redes «De las Inteligencias múltipes a la Educación Personalizada«. (vídeo más abajo)
Durante estas vacaciones, donde en muchas familias los resultados escolares están teniendo su influencia: que si el niño o la niña ha suspendido y esto ha creado un drama familiar, que si los deberes para el verano siguen suponiendo una batalla familiar, que se le siga repitiendo a los niños sus fallos, sus fracasos, etc.
Quizás debería ser un tiempo para que los padres reflexionaran sobre los talentos de sus hijos, potenciándolos, sean o no los «aceptados» dentro de un sistema escolar que hace aguas y está desfasado.
Howard Gardner revolucionó la psicología hace más de 20 años con su teoría de las inteligencias múltiples, que serían el equivalente a lo que llamamos talentos. Tuvo impacto su teoría, le valió un reconocimiento internacional y numerosas distinciones, entre ellas el Príncipe de Asturias de Ciencias Sociales en 2011.
Sin embargo, en el día a día, el sistema escolar sigue reproduciendo las creencias y las jerarquias de que hay inteligencias o talentos superiores a otros, dejando a los niños que no «encajan» fuera de la rueda.
Gardner defiende la individualización de la educación, el descubrir cómo aprende una persona y cuáles son sus pasiones.
«Las personas le damos demasiada importancia a las mediciones de la educación.»
«La irrupción de las nuevas tecnologías nos obliga a educar a los niños de una manera distinta”
«La reivindicación de las inteligencias múltiples es que tenemos una serie de ordenadores independientes: uno se encarga de la información musical, otro de la información espacial, otro de la información corporal…»
Maite Rodríguez Estévez regresó al mundo de la educación «gracias» a las dificultades de aprendizaje y desarrollo de sus hijos, que la llevaron a estudiar e investigar nuevas terapias y replantearse cómo estamos educando a nuestros niños. Así declara que,
«La vida de los niños está demasiado escolarizada. Los padres están demasiado pendientes de los deberes y los resultados. Con el agravante de que lo que los niños hacen en casa es lo mismo que en la escuela, cuando lo que tendrían que hacer es prácticar en la vida lo aprendido en el aula. Los deberes de matemáticas no deberían ser fichas sino por ejemplo una propuesta para adaptar una receta de cocina para el número de miembros que hay en casa.»
«Hoy aceleramos y coartamos el desarrollo en algunas etapas. Por ejemplo, aceleramos el aprendizaje de la lecto-escritura que debería ser a los 7 años y no a los 4-5 como está sucediendo ahora, y sin embargo no les permitimos crecer porque les tenemos demasiado vigilados.»
«Les falta tiempo para jugar, tener a sus padres cerca, pertenecer a familias más amplias, mantener experiencias reales y vida propia, conseguir la posibilidad de desarrollar sus talentos… y les sobra tiempo de hacer deberes, de jugar a “maquinitas” o de ver la televisión SOLOS. Les falta la tranquilidad de sus familias y les sobra el estrés de los trabajos y las vidas ajetreadas de los adultos.»
«Es muy importante no etiquetar, no comparar con el desarrollo de los hermanos anteriores y potenciar aquello en lo que el niño es bueno, da igual que tenga que ver con lo escolar o no… Es importante que el niño note que sus padres ven lo bueno que él tiene y que lo valoran.»
«Es importantísimo hablarles de lo que hacemos y sentimos, contarles que estamos alegres o tristes y por qué»
«Descubramos los talentos de cada niño y potenciémoslos. Así se van a sentir capaces. Pueden aprender las letras desde la pintura y las matemáticas desde la música, por ejemplo. El éxito llama al éxito.»
«…lo importante es que tenemos la felicidad cotidiana al alcance de nuestra mano. Para ello hay que vivir en el presente, confiados y de forma positiva.»
Leer la entrevista completa AQUÍ
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