El objetivo de la Reflexología es ayudar a que el cuerpo se autoregule y esté en las mejores condiciones en las que pueda estar a nivel físico, mental y emocional.
Durante el embarazo, la mujer vive toda una serie de cambios fisiológicos que pueden tener efectos indeseados como náuseas, vómitos, acidez, pesadez de piernas, cansancio, dolor de espalda, estreñimiento, dolor de cabeza, etc. Además, es un periodo muy emotivo, pueden aparecer miedos, ansiedades.
Si además es la primera gestación, el miedo y ansiedad ante el parto puede ser mayor, y así su percepción del dolor. Y un dolor excesivo conduce al miedo y ansiedad.
Aquí es donde la reflexología puede ayudar, no sólo a lo largo del embarazo sino también durante el parto, y no sólo a la madre sino también al bebé, como han demostrado diferentes estudios realizados con madres primerizas, primigrávidas o primíparas.
Estudios han mostrado que la Reflexología baja la intensidad del dolor a lo largo de las fases del parto, también baja el nivel de ansiedad, el parto es más rápido, hay más partos naturales, y además aumenta la puntuación en la prueba de Apgar del recien nacido. En el vídeo se comentan algunos de estos estudios.