Alcanzar el equilibrio en esta sociedad en la que vivimos parece una tarea casi imposible.
Equilibrio a nivel mental, emocional, físico; equilibrio entre nuestra actividad y descanso, equilibrio en nuestra alimentación, ….
He leido unos interesantes artículos que ofrecen reflexiones y recursos en esta búsqueda constante de sentirnos en equilibrio, equilibrio dinámico en esta tierra de polaridades.
«Mantener el equilibrio es una disciplina que nos proporciona flexibilidad.
Si queremos vivir una vida satisfactoria a todos los niveles necesitamos gran flexibilidad en todas las áreas de acción.»
«A nivel físico, el cuerpo humano siempre está en busca del equilibrio. Nuestro cuerpo está en movimiento constante, es su función principal. Si observas, tu cuerpo nunca está estático. La respiración y los latidos del corazón forman parte de la vida, así como la organización constante de nuestro sistema nervioso para mantener su equilibrio dinámico.»
«Mantener el equilibrio es un ejercicio constante de gestión de fuerzas, de retener y soltar, de dar y recibir, de darse cuenta de lo que sucede dentro y fuera, en uno y en el otro, de un movimiento adaptativo que no admite brusquedades, sino una delicadeza constante y consciente.»
En el artículo «En busca del Equilibrio«, sus autores, Paula Alonso, Profesora y Practitioner de Feldenkrais, y Carles Pérez, consultor y terapeuta, nos indican que,
Estamos en constante búsqueda del equilibrio, cómo podemos conseguirlo y sobretodo mantenerlo. Bien sea en nuestra vida cotidiana, en nuestras actividades, en nuestras relaciones, en nuestro cuerpo, nuestras emociones, nuestra mente…
¿Qué significa encontrar el equilibrio?
Experimentar esa sensación de calma, sosiego, estabilidad, presencia, armonía, paz, ecuanimidad y sustento a todos los niveles físico, emocional, mental y espiritual.
… En nuestro cuerpo existe una línea imaginaria que pasa por nuestra columna vertebral. Entorno a ella todas las partes del cuerpo se organizan para mantener el equilibrio. Es lo que llamamos la ‘función de la línea del medio o central’.
Si todo en la naturaleza está en equilibrio. ¿Cómo sabemos que nuestro cuerpo está en equilibrio?
Moshe Feldenkrais, creador del método somático de toma de consciencia mediante los movimientos, al que llamó asimismo Método Feldenkrais, apuntaba lo siguiente:
“la postura correcta del cuerpo es aquella en la que se puede iniciar un movimiento en cualquier dirección con la misma facilidad, sin necesidad de un ajuste preliminar y realizado con el mínimo esfuerzo y la máxima eficiencia.”
Cuando nuestro cuerpo está alineado, experimentamos que nuestros movimientos son realizados con menos esfuerzo, estamos más disponibles y empleamos menos energía para obtener el máximo resultado. Con todo ello nos sentimos más presentes y estables.
… Te propongo que hagas una observación mientras estás leyendo este artículo:
En posición de sentado. Coloca tus pies apoyados en el suelo. Observa cómo estás sentado sin cambiar nada. Cierra los ojos. Traza una línea imaginaria a lo largo de tu columna. Siente tu respiración. Lleva tu atención los puntos de apoyo en la pelvis (los isquiones, parte inferior de la pelvis en contacto con la silla) mientras estás sentado.
Ahora siente:
– ¿Dónde se encuentra posicionada tu cabeza en relación a tus puntos de apoyo?
– ¿Dónde cae el peso del cuerpo?
– ¿Hacia adelante o hacia atrás?
– ¿Sientes alguna tensión en la espalda?
– ¿Puedes apreciar alguna compensación en alguna de las partes de tu cuerpo?
… Ni que decir tiene, que este equilibrio no se refleja sólo en el cuerpo físico, sino también en el cuerpo emocional y mental.
Mantener el equilibrio es una disciplina que nos proporciona flexibilidad.
Si queremos vivir una vida satisfactoria a todos los niveles necesitamos gran flexibilidad en todas las áreas de acción.
Emocionalmente, para expresar una emoción de manera adecuada necesitamos ser capaces de dar una respuesta desde un sistema interno flexible.
Personas atrapadas por la ansiedad, la culpa o la inseguridad sufren deficiencias de respuesta flexible en su sistema.
… La búsqueda del equilibrio puede ser abordada desde el ángulo que la persona se encuentre más cómoda, bien sea por la parte física, por la emocional o por la mental. De cualquier manera tu cuerpo nunca te mentirá y será tu guía para mostrarte si estás en tu centro o no.
Y el autor Alex Rovira nos ofrece este hermoso artículo: «Equilibrio«, finalizando con un bello vídeo de «equilibrio en acción».
Estar en equilibrio implica la capacidad de gestionar el movimiento hasta propiciar una cierta quietud. El equilibrio es una suerte de inmovilidad, de inacción aparente, pero su conquista en cualquier dimensión de la vida, incluso cuando procuramos el equilibrio en el ejercicio o en el juego físico, requiere una gran habilidad, concentración y experiencia. No es tarea fácil conquistar el equilibrio. Bien entendido, el equilibrio es un arte.
Normalmente, el equilibrio se tiene que ganar a la inercia, y casi siempre hablamos de equilibrio cuando hay poca base de sustentación. En la cuerda floja, en el filo del bordillo, sobre la punta de los pies, incluso en el abismo. Mantener el equilibrio es un ejercicio constante de gestión de fuerzas, de retener y soltar, de dar y recibir, de darse cuenta de lo que sucede dentro y fuera, en uno y en el otro, de un movimiento adaptativo que no admite brusquedades, sino una delicadeza constante y consciente.
También hablamos de equilibrio cuando hay armonía, proporción, belleza. El equilibrio difícilmente es compatible con la impulsividad, con la impaciencia, con el arrebato o con la improvisación. Requiere experiencia y cultivo de hábitos. Nos pide paciencia, serenidad, concentración, consciencia, apreciación de la armonía y la belleza. Sus sinónimos son palabras como la quietud, la armonía o la proporción.
Paracelso, sabio alquimista, afirmaba que “el veneno está en la dosis”. En efecto, en los extremos está el desequilibrio y su conquista no es fácil. Creo que muchas veces anhelamos el equilibrio y lo bautizamos con otros nombres, como por ejemplo, felicidad, serenidad, incluso plenitud.
Deberíamos haber sido educados en el arte del equilibrio en la vida. Y no solo como ejercicio gimnástico, sino también emocional, económico, y en tantas otras dimensiones esenciales que nos evitarían tanto sufrimiento. Porque aprendemos (o no) el arte del equilibrio a bofetadas mucho más a menudo de lo que quisiéramos o mereciéramos. Poco o nada se habla de él.
Sirva este vídeo como una bella metáfora de las grandes habilidades que supone el complejo ejercicio del equilibrio, y de lo difícil que es su conquista. Y, a la vez, nos invita a reconocer la belleza que implica el saber construirlo y mantenerlo.
Espero que os guste.
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