En la Medicina Tradicional China la primavera se asocia a la energía celeste del Viento. Y el viento puede ir desde una suave brisa gozosa a un aterrador huracán.
La primavera, como el viento, es cambiante, y esto lo podemos ver en el clima de esta época, igual es ventoso que lluvioso, frio que caliente.
La primavera es sobre todo movimiento y cambio, y esto se ve muy claramente en la naturaleza.
Venimos del resguardo y la quietud del invierno para pasar a la expansiva y floreciente primavera. Los días son más largos e invitan al movimiento. La quietud del frio del invierno se transforma en actividad primaveral.
Ante la fuerza del viento, cuanto más flexible es una planta más posibilidades tiene de sobrevivir. Los orientales tomaban el bambú como ejemplo de esta flexibilidad.
El ser humano, como parte de la naturaleza que es, también vive este cambio de energía, también se ve impelido por este movimiento, por esta expansión. Y como el bambú, cuanto más flexibles somos ante lo que nos trae la vida, menos posibilidad hay de que la vida nos rompa.
La naturaleza nos sigue sirviendo como modelo
La abundancia de la naturaleza en primavera es sobrecogedora, además de generosa. Cuando un árbol da sus frutos no pregunta quién se aprovechará de ellos, están ahí para quien los necesite.
Las plantas no necesitan una hoja de ruta para saber qué tienen que hacer, saben lo que son y lo que hay que hacer, y así darán el mejor fruto que puedan. Un peral no pretenderá dar albaricoques, ni compararse con un limonero, ni quedarse las peras para si.
Estas comparaciones que hasta pueden parecer ridículas de lo obvias que son, resulta que si las aplicamos al ser humano ya no resultan tan obvias – ¡pero el ser humano forma parte de la naturaleza!
Hemos creado sociedades donde la rigidez a nivel social y personal a todos los niveles prima sobre la flexibilidad, donde el egoísmo prima sobre la generosidad – tenemos miles de ejemplos globales y locales de hasta dónde puede llegar el egoísmo y la avaricia humana.
Influencias culturales, sociales, familiares, parecen marcar a las personas a ser y a actuar de una determinada manera, que hace difícil que sepan quienes son realmente y cuál es su verdadero hacer en esta vida.
La energía celeste del Viento se relaciona a nivel corporal con el hígado, la vesícula biliar, los músculos, los ojos.
El hígado actúa como un gran laboratorio donde tiene lugar numerosísimas reacciones que ayudan a que la vida siga adelante, ya que al fin y al cabo la vida es movimiento.
Cuando el hígado viene cargado de los excesos del invierno, ha acumulado demasiadas toxinas, al cuerpo le cuesta adaptarse a la ligereza y flexibilidad que pide la primavera, los músculos parecen entumecidos, cuesta arrancar. A esto le llamamos “astenia primaveral”, donde un gran cansancio nos invade, levantarse por la mañana es toda una odisea.
Es lógico entonces que sea precisamente la primavera la época ideal para las dietas de depuración y limpieza, ayudan a limpiar de toxinas ese hígado.
Los músculos le proporcionan el movimiento al ser humano, y el hígado ayuda a alimentar a los músculos.
Todos sabemos que una corriente de aire nos puede dar una contractura muscular. Pero esta energía del viento también está dentro de nosotros.
La rigidez, el egoísmo, la falsedad, la cólera; también nos pueden provocar una contractura muscular, y también pueden provocar que ese viento interno se convierta en vendaval o hasta en un huracán. Un ataque de rabia o un fuerte disgusto que no sepamos manejar nos puede enfermar, incluso llevarnos hasta la muerte, o arrastrarnos a una violencia hacia los demás o hacia nosotros mismos.
Sin embargo, cuando nuestro viento interno está sereno, somos generosos y flexibles; podemos ser una suave brisa que acaricia los corazones de la gente a nuestro alrededor.
Feliz Primavera
Interesante y bonito articulo Mª Antonia. Muchas gracias, por esa aportación. Un abrazo
Muchas gracias, disfruta de la primavera. Un abrazo
Muy bueno el articulo. Anima y te hace pensar que la vida hay que tomarla de otra forma.
Gracias.
Muchas gracias. Siempre son buenos los cambios, pero parece que la primavera presenta la oportunidad más claramente. Un abrazo
Buenas guapa.estoy deacuerdo con tigo,todos estamos bajo un mismo cielo,en un mismo jardin, hay que disfrutarlo,somos felices por naturaleza.Hay que observar y aprender del bambu.
Herbolario Natussi.
Gracias Mª Dolores, la naturaleza es una gran Maestra.