La contaminación electromagnética en nuestras sociedades ya es una de las principales contaminaciones a las que estamos expuestos.
La electrohipersensibilidad va en aumento, y puede ser la causa de muchos otros trastornos que nos aquejan como dolores de cabeza, insomnio, problemas de concentración, acúfenos, déficit de atención, nerviosismo; y enfermedades como leucemias, tumores cerebrales, lipoatrofia semicircular, etc.
Los aparatos eléctricos y electrónicos nos rodean y parece que es imposible imaginarnos la vida sin ellos. Pero tecnología y salud no van de la mano. ¿Estamos dispuestos a enfermar por no plantearnos que lo que llamamos progreso se puede vivir de otra manera? El principio de precaución ha brillado por su ausencia y la industria ha llevado la voz cantante.
El Dr. Olle Johansson, Doctor en Medicina y Neurocientífico en el Instituto Karolinska de Estocolmo, y coautor del Informe Bioinitiave, es una de las máximas autoridades en campos electromagnéticos y sus efectos en la salud. Afirma tajantemente que la población está en riesgo a consecuencia de la elevada contaminación electromagnética.
El Dr. Johansson estuvo en Barcelona el pasado noviembre y ofreció la conferencia «Efectos en la salud de los campos electromagnéticos según la Neurociencia».
La presentación es muy interesante y se puede ver el efecto en la piel y el ADN. Con sólo 2 horas enfrente de la televisión las células de todas las personas ya son afectadas. Afirma que todos somos sensibles a la radiación electromagnética porque tiene un efecto biológico.
El siguiente documental «Todos somos electrosensibles» es muy bueno, cubre el tema desde diferentes ángulos. Queda claro la connivencia y servilismo de políticos y de los medios de comunicación a la industria, ignorando el principio de precaución. Las personas electrohipersensibles tienen un gran problema, no pueden ni vivir en sus casas.
El Dr. Johansson destaca en la entrevista «Los riesgos de los campos electromagnéticos», que es urgente y necesario aplicar el principio de precaución y retirar por lo menos las wifi de los lugares públicos y las escuelas tal y como ya ha recomendado la comisión europea, denunciando que la mayoría de los estudios que no señalan los peligros para la salud están pagados por la misma industria, ya que las evidencias científicas sobre los peligros para la salud que implican los campos electromagnéticos son desbordantes. Sin embargo, la industria, los gobiernos y los medios de comunicación siguen ignorando descaradamente el asunto.
La semana pasada RTVE emitió en el programa «El escarabajo verde» el reportaje «La otra factura del wifi«.
El artículo «Extensive cell phone use can triple brain cancer»(El uso intensivo del móvil puede triplicar los tumores cerebrales), publicado hace unos días señala que,
«Los científicos franceses están informando ahora sobre un nuevo estudio de cohortes que muestra que el uso intensivo del móvil puede aumentar el riesgo de tumores cerebrales. El estudio, que aparece en el último número de la revista británica Occupational and Environmental Medicine, encontró que los riesgos de tumores cerebrales se triplicaban en individuos que utilizaban su móviles más de 15 horas a la semana.»
«Estos resultados tienen correlación con estudios suecos realizados entre 1997 y 2003 que mostraban un aumento del riesgo de glioma en el uso acumulativo del móvil. Los cuestionarios que investigaban el uso del móvil en 1.251 pacientes con tumor cerebral y en 2.438 personas sanas como grupo de control mostraron un aumento del riesgo de glioma para los pacientes que comenzaron a utilizar el móvil antes de los 20 años. Posiblemente, el mayor riesgo de tumores cerebrales derivados del uso del móvil se deba tanto al uso intensivo de éste (más de 15 horas a la semana) como si se comenzó a utilizar a una edad temprana.»
Es absolutamente necesario ser conscientes de cómo nos afecta la contaminación electromagnética, sobre todo a los niños, cambiar hábitos. El progreso debe ser biocompatible, nos va la vida en ello.
De sumo interés, sin duda. Para tomar conciencia y ser conscientes. Toda advertencia es poca… 🙂
No podemos bajar la alerta Emilio, un abrazo