El carbón vegetal activado es un gran remedio ante casos de intoxicaciones, envenenamientos, picaduras; o en plan preventivo para limpiar nuestro organismo.
Este carbón se obtiene de madera o turba, tras un proceso de carbonización y activación para aumentar su poder de adsorción. Y precisamente por este gran poder se dice que es el purificador más potente que se conoce hasta ahora.
El carbón vegetal ofrece grandes ventajas: es fácil de usar, barato, inofensivo y resulta muy eficaz; y se ha utilizado desde tiempos inmemoriales.
«El carbón vegetal ha conocido todo un resurgimiento en los últimos diez años. Ha sido objeto de cientos de artículos y decenas de miles de referencias científicas en todo el mundo. Todos estos estudios han confirmado que el carbón activado adsorbe (se trata de la cualidad física por la cual un cuerpo atrae y retiene en su superficie moléculas de otro cuerpo; no confundir con absorber) en el intestino toda clase de venenos y toxinas bacterianas mejor que ninguna otra sustancia.»
El artículo de Dupuis, «Purifique su cuerpo… ¡con carbón!» nos dice que,
La mayoría de nosotros ya no sabemos qué hacer, por ejemplo, en caso de intoxicación o envenenamiento. Y, sin embargo, existen unos gestos sencillos que podemos realizar en caso de emergencia (o incluso de manera preventiva una o dos veces al año), para librar al intestino de enormes cantidades de sustancias tóxicas (contaminación, metales pesados, medicamentos o bisfenol A) que se van acumulando en él.
Estos gestos pueden también salvar vidas en caso de catástrofes sanitarias (epidemias bacterianas o nuevos virus hiperresistentes) o incluso intoxicaciones alimentarias o farmacológicas, cada vez más comunes.
Y uno de estos gestos consiste sencillamente en tomar carbón vegetal activado, el purificador más potente que se conoce a día de hoy.
… En 1813, un químico francés llamado Bertrand, que llevaba años trabajando con el arsénico, demostró las excepcionales propiedades de absorción del carbón. Durante una exhibición pública, este renombrado químico se tragó sin inmutarse una cucharada de trióxido de arsénico, una dosis más que suficiente como para acabar en el acto con decenas de personas.
Los asombrados espectadores creyeron que el pobre profesor Bertrand había perdido la cabeza y un pánico aterrador se extendió entre la multitud. Tras unos minutos de llamada a la calma, el profesor Bertrand continuó tranquilamente su presentación sin experimentar ningún efecto producido por este veneno mortal. Desveló su secreto un poco más tarde. Durante sus investigaciones, había descubierto que el carbón vegetal era un antídoto universal capaz de aspirar todo tipo de venenos. Tan sólo había tenido que añadir un poco de carbón vegetal en polvo al arsénico para neutralizar por completo sus efectos.
El carbón vegetal activado se suele encontrar en cápsulas, polvo o comprimidos. Dupuis prefiere el carbón en polvo por sus múltiples posibilidades de uso.
El artículo «Propiedades del carbón vegetal» ofrece la posibilidad de hacerlo uno mismo en casa cuando es imposible obtenerlo o se desconfía de su origen, y resume las condiciones cuando es aconsejable tomar o utilizar el carbón vegetal:
A nivel interno:
- Envenenamiento.
- Náuseas y vómitos.
- Diarreas.
- Gases.
- Acidez de estómago.
- Reflujo esogástrico
- Dolor de garganta.
- Dolor de muelas, infección de las encías.
- Halitosis
A nivel externo:
- Picaduras de abejas, insectos, arañas y serpientes.
- Infecciones de la piel y dermatitis por plantas venenosas.
- Infecciones de ojos y oídos.
- Agente desodorante.
El artículo de Dupuis ofrece un protocolo para un tratamiento de drenaje con el carbón vegetal y algunas recetas familiares para casos de intoxicaciones y picaduras.
Drenaje
– 2 cucharadas de carbón diluidas en medio vaso de agua durante 15 días en cada comida, y después 3 cucharadas al día durante el siguiente mes si queremos drenar más profundamente las células del organismo.
Para los niños, en lugar de cucharadas se pueden utilizar cucharaditas y es suficiente con seguir el tratamiento durante 15 días.
Para aquellos a los que les cuesta trabajo beber carbón de un vaso o quieren evitar ensuciarse los dientes, utilice una pajita (aunque la mancha negra desaparece con sólo enjuagarse la boca).
Recetas
– Diarrea del viajero y otras intoxicaciones alimentarias:
2 cucharadas de carbón activado en polvo en un vaso de agua fría cada 4 u 8 horas, hasta que la diarrea esté controlada.
– Picadura de abeja:
Para un alivio inmediato: mezclar una cucharada pequeña de carbón con un poco de agua hasta obtener una pasta y aplicarla directamente sobre la picadura. Si continúa el dolor, aplicar el producto en una compresa.
Para picaduras múltiples: verter dos vasos grandes de carbón en polvo en una bañera para que se sumerja allí la persona afectada durante unos treinta minutos.
– Picadura de hormiga o de mosquito:
Humedecer un trozo de gasa y rociar carbón con una cucharilla hasta que la gasa se vuelva negra y aplicarla entonces sobre la picadura.
– Picadura de araña o de garrapata:
Aplicar rápidamente una compresa o meter a la persona afectada en una bañera de agua con carbón.
Cambiar la compresa frecuentemente, cada media hora durante las 8 primeras horas y después cada 2 horas.
Espaciar la aplicación de compresas entre 2 y 8 horas hasta la completa recuperación.
El principio siempre es el mismo: el carbón adsorbe las toxinas, venenos y hasta bacterias que nos podrían invadir (sobre todo en el caso de las garrapatas).
Magnífico producto el carbón vegetal para tenerlo siempre a mano.
Gracias por recordarlo, me recuerdo que mi abuela,lo usaba creo que solamente para el estómago. Muy buena aportación, Yo ahora lo he empezado a usar sobre todo cuando como algo que me cae pesado. Gracias, Gracias.
De nada Marisa, para mi también ha sido un descubrimiento, sólo lo conocía para los gases. Un abrazo