Según el paradigma predominante esto parece algo descabellado, sin embargo ya ha sido validado científicamente desde numerosos frentes.
Por ejemplo, un equipo de científicos rusos ha demostrado que nuestro ADN, sobre todo ese 90% de ADN que se le ha llamada «ADN basura», sigue la lógica y la estructura del lenguaje humano y puede ser reprogramado a través de palabras.
El Dr. Mark Waldman, psiquiatra y especialista en comunicación, destaca cómo la repetición de una sola palabra tiene el poder de activar 12,000 genes que reducen el estrés físico y emocional.
El Dr. Herbert Benson, cardiólogo, estudió los efectos fisiológicos de la respuesta de relajación, y sencillamente dedicando unos minutos cada día a relajarnos, por ejemplo diciendo una palabra, un mantra, podemos actuar sobre la expresión de 433 genes.
El científico Gregg Braden muestra como un tumor puede desaparecer en menos de tres minutos al sintonizar palabras con sentimiento.
El médico y cirujano Dr. Mario Alonso Puig afirma que la palabra es una forma de energía vital que tiene la capacidad de interactuar con el organismo y producir profundos cambios físicos,
Se ha podido fotografiar con tomografía de emisión de positrones cómo las personas que decidieron hablarse a sí mismas de una manera más positiva, específicamente personas con trastornos psiquiátricos, consiguieron remodelar físicamente su estructura cerebral, precisamente los circuitos que les generaban estas enfermedades.