La intensidad se ha dejado sentir en muchos aspectos: sociales, políticos, religiosos… Y si como fuera es dentro, a nivel personal estamos como en una montaña rusa: subidas, bajadas, curvas, llanos… mucha mucha adrenalina.
A nivel global acabamos un año 9, el final de un ciclo. ¡Y menudo ciclo! Tenemos toneladas para limpiar, para deshacernos de lo que ya no nos vale y comenzar ligeros de equipaje un nuevo ciclo.
Independientemente del ciclo personal en que cada uno esté, yo sí he sentido este final de ciclo. Lo que ayer se percibía de una manera hoy ha cambiado de forma. Es verdaderamente sentir que lo único fijo es que todo cambia en cuanto le pones la atención.
En estos últimos días de este año «menos es más», soltar y dejarme guiar es la lección en la que estoy, seguir andando o sentarme un rato en lo que parece un laberinto, no importa si me siento perdida, es sólo una percepción, cada recoveco, cada camino tiene su para qué aunque ni lo vea ni lo entienda en ese momento.