El Instituto Heartmath investigó la conexión y el papel del corazón en nuestras experiencias emocionales, el cómo la coherencia cardiaca – cuando se comunican armoniosamente corazón y cerebro – mejora nuestros ritmos fisiológicos.
Se observó que emociones como el amor, la gratitud, la confianza, la compasión; proporcionan armonía al corazón, y esta armonía se transmite a todo nuestro cuerpo. Mientras que el miedo, la culpa, la ira, la frustración, la envidia,…; alteran las señales que se envían al cerebro y se pierde la resonancia de armonía en todo nuestro organismo, lo que conduce a la enfermedad.
Se ha descubierto también que el corazón tiene su propia red neuronal, su propio cerebro. Más de 40,000 neuronas forman este cerebro, con su red de neurotransmisores y hormonas, y tiene una memoria a corto y largo plazo. Además,
El campo electromagnético del corazón es el más potente de todos los órganos del cuerpo, 5.000 veces más intenso que el del cerebro. Y se ha observado que cambia en función del estado emocional.
El alto nivel de estrés actual y los miedos propios e impuestos, impiden esa coherencia cardiaca, debilitan nuestro sistema inmune y arruinan nuestra salud a nivel físico, emocional y mental.